Todos reaccionamos de forma diferente al café: amor, rechazo, disgusto… La tolerancia a la cafeína varía de una persona a otra. Aunque, en general, podríamos decir que a casi todo el mundo le gusta. Un estudio publicado en 2014 demuestra que nuestra reacción al café no es una cuestión de gusto, sino genética. Analicemos con más detalle este sorprendente estudio.
Programado para beber café:
Algunas personas pueden consumir cantidades ingentes de café (un saludo a mis colegas) sin que esto afecte a su comportamiento ni a su sueño. Para otras, el consumo debe ser muy limitado y el café descafeinado debe estar libre de cualquier sustancia con cafeína. Los resultados de un estudio publicado en la revista médica «Molecular Psychiatry» demostraron que todo está determinado genéticamente. Los investigadores realizaron un amplio estudio con cerca de 120 000 consumidores de café para analizar los patrones de consumo y los hábitos de los participantes.
Los científicos realizaron un análisis exhaustivo de muestras de ADN de los participantes y lo compararon con la cantidad de tazas de café consumidas. Fácil de decir, pero complejo de llevar a cabo. Sin embargo, lograron descubrir que, efectivamente, existía una conexión entre genes específicos y la necesidad de cafeína.
Según Marylin Cornelis, doctora de la Universidad de Harvard, «entre los genes identificados, dos están relacionados con el metabolismo de la cafeína, dos con los efectos psicoactivos y los dos últimos con el metabolismo de los lípidos y la glucosa». Tal y como lo confirma la científica:
«Los genes identificados como influyentes en el consumo de café podrían ser solo la punta del iceberg. De hecho, los 6 genes explican aproximadamente el 1,3% de nuestro comportamiento relacionado con el café, y podría haber muchos otros genes implicados en el metabolismo y la palatabilidad de la cafeína».
¿Adicto a las alcachofas o al café?
Hace unos años, un estudio similar demostró nuestra adicción a ciertos productos. Actualmente, se ha comprobado que existe una predilección por el vino blanco, el queso azul, el jugo de naranja, el chocolate negro, el tocino, el brócoli y las alcachofas. Por lo tanto, algunos miembros de la familia también tienen la necesidad de consumir grandes cantidades de estos productos, según su perfil genético.
¿Y tú, qué comidas te apetecen más?

