Coffee waves: from a tool to a work of art - Café Liégeois Canada Inc.

El término «tercera ola del café» forma parte de nuestro vocabulario cotidiano. Describe nuestra relación actual con el café: un café personalizado, donde se puede controlar el origen, la receta y la presentación. Sin embargo, hablar de la «tercera» ola implica que ya hemos vivido una primera y una segunda ola. Por eso, Café Liégeois les ofrece un recorrido por la historia del café en el último siglo.

La primera ola: café útil

A principios del siglo XX , el café tenía una función simple: aportar energía. Esta función alcanzó su punto álgido durante las guerras, cuando se administraba cafeína a los soldados para mitigar su fatiga en el campo de batalla. En este contexto surgió el café soluble: un café rápido y barato, cuyo sabor no importaba siempre que tuviera un alto contenido de cafeína.

 

La segunda ola: el café de placer

Durante la gloriosa década de los treinta y el desarrollo de la sociedad de consumo, pequeñas cafeterías como Starbucks abrieron sus puertas, revalorizando el sabor del café. Los consumidores redescubrieron así los matices, los orígenes y la elaboración de esta bebida. Nuevas formas de disfrutar del café también influyeron en su día a día: capuchino, moka, latte, etc. La pausa para el café se convirtió, por tanto, en un momento de bienestar para disfrutar.

 

Tercera ola: el café como obra de arte

Gracias a un movimiento nacido en Portland en 2002, el café ascendió en el panorama gastronómico. Se le otorga la categoría de producto artesanal y sutil, fruto de un proceso complejo.

Del mismo modo, surgen nuevos puestos de trabajo: los baristas se convierten en una auténtica referencia y se les apoda los sumilleres del café.

Además de su sabor, la apariencia del café ahora es importante; el arte latte se está convirtiendo en una disciplina cada vez más democratizada.

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