El mundo del café en dos palabras: Arábica y Robusta

En el mundo del café, solo dos variedades adornan tus tazas: la arábica y la robusta. Históricamente, la arábica tiene su origen en Etiopía y la robusta en Zaire, en la cuenca del Congo, a principios del siglo ^XIX .

Crédito de la fotografía: www.worldcoffeepress.com

El Arábica:

El café arábica cuenta con más de 200 variedades y crece a altitudes de entre 600 y 2000 metros en suelos ácidos, un elemento esencial para el desarrollo de sus aromas. Representa más del 70 % del mercado mundial del café. Los principales países productores de café arábica son Brasil, Colombia, México, Etiopía y Guatemala. El arábica crece a mayor altitud y sus granos tardan entre 60 y 120 días en madurar (en comparación con los 30 a 60 días del robusta). Por lo tanto, al consumirlo, el café arábica tiene un aroma más intenso, un sabor más redondo y una mejor acidez.

La robusta:

Por otro lado, el café Robusta debe su nombre a la palabra robustez y a la solidez de su árbol. Gracias a su rápido crecimiento, este tipo de café es más fácil de cultivar que el Arábica. Los principales productores de café Robusta son Indonesia, Uganda, Costa de Marfil, India y Vietnam. El café Robusta se suele incluir en mezclas para mejorar la calidad general del producto, aportando un toque de sabor intenso. De hecho, el Robusta produce granos que contienen el doble de cafeína que el Arábica. Se distingue por sus aromas menos complejos y su sabor ligeramente amargo. La crema del espresso se debe en gran parte al Robusta, ya que es un componente esencial de la hermosa espuma.

El Arábica posee cualidades superiores al Robusta, aunque los expertos en espresso prefieran el Robusta. La mezcla entre ambos sigue siendo un privilegio para lograr mayor complejidad .